martes, 20 de julio de 2021

¿Es válida la pregunta: Si Dios inspiró los autógrafos de la Biblia, ¿por qué no preservó las copias de los manuscritos sin error/variantes textuales?

 El escéptico erudito del Nuevo Testamento, Bart Ehrman, sugiere que creer en la inspiración de los documentos originales de las Escrituras (dándole énfasis al Nuevo Testamento), es contradictorio, al no poseer esos documentos, y que todos los manuscritos entre sí poseen algún grado de variante textual (diferencias de lecturas; ortográficas, de armonización entre pasajes paralelos, de añadidura, de omisión, etc.). De manera que él concluye que para que "realmente" Dios hubiera inspirado las Escritura, entonces Él "tendría" que haber preservado de una manera milagrosa (y sin ningún error en todas las copias) esta Escritura.

Algunos que abogan por "sólo el Textus Receptus", al verse confrontado por alguien que cree en la inerrancia de la Biblia y que usa la Crítica Textual para determinar la lectura original, reprochan de inconsistencia a los que creen que las Escrituras son inspiradas, inerrantes, infalibles en los escritos originales, pero que no ha sido preservado sin error en las copias manuscritas, como ellos dicen que lo fue en el Textus Receptus.

Ambas posturas son erróneas, y presuponen ideas erróneas. Y esto es básicamente porque asumen que para haya sucedido lo uno, debe por lógica haber sucedido lo otro.

En primer lugar, la inspiración divina es del documento escrito. Es decir, cuando Mateo estaba escribiendo su evangelio, él lo escribió, pero el Espíritu Santo lo guío a escribir lo que Dios quería que fuese escrito (y cada palabra fue escogida por Dios, cada palabra es relevante, importante).


El apóstol Pablo le escribió a Timoteo:

"Toda Escritura es inspirada por (lit., dada por el aliento de) Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia,"

2 Timoteo 3:16 LBLA


El origen de las Escrituras es divino, por ello es útil y todo suficiente, y además por ello puede ser llamada: la Palabra de Dios.

Es común leer que los profetas decían: "Así dice el Señor" (Ex 4:22; 2 Sam 12:7; Is 10:24; Jer 2:2; Ez 2:4, 3:11, y un largo etc.)

Los profetas hablaban la palabra, pero era la autoridad del Señor Dios mismo.


El apóstol Pedro escribe:

"Pero ante todo sabed esto, que ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados (lit., llevados, o, movidos) por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios."

2 Pedro 1:20-21 LBLA


Nuevamente, la Escritura es de fuente divina. La profecía se origina en Dios, no en el hombre. Estos son instrumentos del Dios vivo. Son llevados por el Espíritu Santo, y estos hablan de parte de Dios (con la autoridad misma de Dios).


Habiendo dicho esto, debemos aceptar que las Escrituras, al momento de ser estas producidas, son el producto de Dios, con el instrumento humano. Son hombres que escriben, bajo la supervisión y dirección del Espíritu de Dios, para llevar a cabo Su revelación escrita.

Pero... ¿y las copias de estos documentos originales? ¿Son inspiradas nuevamente? ¿El copista es llevado por el Espíritu también como en el proceso de la producción de la revelación?


En primer lugar, nunca en las Escrituras se nos dice que las copias son (o serán) inspiradas. De hecho, no estoy consciente de ningún pasaje (al menos en el Nuevo Testamento), que indique que las copias tendrán un grado de inspiración per-se. Es más, poco o casi nada se habla del proceso de copia de las Escrituras.

En el Antiguo Testamento está la instrucción de que los reyes de Israel debían copiar una copia del libro de la ley (lit., "de esta ley", ¿el libro de Deuteronomio? ¿El pacto de Dios para con Israel?") (Dt 17:18-20). Y claramente es una copia con autoridad, supervisada por los sacerdotes levitas (Dt 17:18). Es una copia de la Palabra de Dios, que tiene la misma función y eficacia de ella (Dt. 17:19-20). Pero nada se dice del grado de inspiración.

El Nuevo Testamento no fue copiado así.

El erudito en el Criticismo Textual del Nuevo Testamento, el Dr. Dirk Jongkind (de Tyndale House), ha dicho correctamente que la iglesia no tuvo en sus inicios algún centro local que supervisara las copias. Sino que era más bien, una comunidad creciente, perseguida, y dispersa en el mundo. Dice que, a diferencia de Israel que tuvo un Templo, el Templo en la iglesia es cada miembro individual, los miembros de Cristo[1].

¿Cuál fue una consecuencia inevitable en esto?

Que las copias manuscritas de los documentos del Nuevo Testamento no tendrían una supervisión local, y que incluso los autógrafos (documentos originales) no serían controlados en su uso. Y al no tener una copia supervisada por autoridades locales pre-eminentes, entrarían errores en las copias.


Otro punto a considerar, es que: Si Dios no nos ha dado una respuesta a esta inquietud, debemos acatar aquello, pues fue parte de Su soberanía.

Nosotros creemos en un Dios todopoderoso, capaz de cualquier cosa. Él podría haber hecho que las Escrituras fueran grabadas en planchas de oro imperecedero... pero no lo hizo. Como también, Él podría haber destruido en el momento a cualquier copista que cometiera un error al instante... pero no lo hizo. Como también, Él podría haber convertido a todo el mundo en cristiano, y no encomendar a Sus apóstoles y discípulos a predicar el Evangelio y hacer discípulos... pero no lo hizo. Como también, Él podría haber destruido cualquier hereje del primer y segundo siglo, o incluso perseguidor de la iglesia... pero no lo hizo. Y así podemos especular y pensar en varias posibilidades... pero ninguna trae provecho alguno.

No es sabio cuestionar la sabiduría de Dios. Y es difícil esto que digo, pues, cuando nos suceden calamidades muchas veces preguntamos: "Señor... ¿por qué?". Y es difícil de aceptar algunas situaciones. Creo, humildemente, que la preservación de las Escrituras es algo así.

Hay dos hechos innegables:

1) No tenemos ningún ejemplar de los autógrafos a nuestra disposición. Cero. Con toda probabilidad se destruyeron por el uso constante que tuvieron. Y,

2) Todas las copias manuscritas (hablo en especial del Nuevo Testamento) tienen alguno que otro grado de variación textual entre ellos. Ningún manuscrito está libre de error. Cero. Es más, ni siquiera hay 2 manuscritos tardíos Bizantinos que sean 100% iguales, idénticos. Pueden ser casi 99% igual, pero tienen diferencias entre ellos[2].

Estos son hechos, datos duros. Esto no es "mira, yo creo que...", no, esto es, nos guste o no. Queramos o no queramos. Así sucedió, y así el Señor lo permitió en Su sabiduría.


¿Entonces "de qué sirve" afirmar que Dios inspiró los escritos originales si no los tenemos?

Esta es una pregunta que surge del pragmatismo. ¿"De qué sirve"? Aquella no es la pregunta. ¿Por qué Dios inspiró? Pues, porque tiene que ver con quien es Él. Hemos dicho y visto que Él es el autor de las Escrituras, la fuente de su origen. De manera que, es lógico pensar que es Su revelación, que sirve bajo Sus propósitos, que habla con Su autoridad.

No es: ¿sirve afirmar esto?, sino: Debemos afirmarlo por quien es Él.


¿Qué hacemos con el Textus Receptus? ¿Es perfecto?

De ninguna manera. Tiene errores únicos en el libro de Apocalipsis. Errores del mismo Erasmo, que tuvo en poco el libro de Apocalipsis[3].

De hecho, si has leído más entradas (posts) de mi persona en este blog, sabrás que no hay 1 sólo "Textus Receptus". Hay cerca de 30 ediciones, reconocidas, y no reconocidas. Ninguna concuerda al 100% entre sí. Claro, son parecidas, la mayor parte es igual, pero ninguna coincide 100% con otra.

Es más, en algunas ediciones (sobre todo las de Estéfano) hay variantes textuales notadas en el margen (ver Anexo N°1 al final de la entrada). 

Erasmo mismo decía algo como: "Dejaremos que el lector decida" (entre lecturas variantes).

De hecho, el Textus Receptus fue hecho usando metodología de Crítica Textual. Simple: para no hacer Crítica Textual, tienes que tomar un sólo manuscrito y hacer una edición impresa de él. Sin ocupar nada más.

El Textus Receptus fue hecho al principio con una docena de manuscritos tardíos, donde Erasmo, donde habían variantes textuales, él tuvo que escoger la lectura de 1 manuscrito por sobre la del otro[4]. Está claro que no pueden haber 2 lecturas que sean correctas al mismo tiempo. Eso, se llama Crítica Textual. Pudo haber sido una Crítica Textual primitiva, algo brusca, sin tanto material, sin tanto raciocinio, etc, etc, pero sigue siendo comparación de manuscritos, comparación de variantes textuales.


¿Qué hacemos?




Lo que tenemos que hacer es usar la Crítica Textual. ¿Cuál es su objetivo? Determinar, donde hay variantes textuales, cuál es la lectura original. Queremos saber qué lectura inspiró el Espíritu Santo.

Queremos saber si Pablo dijo que la fe viene por el oír la palabra de Dios, o, la palabra de Cristo, en Romanos 10:17.

Queremos saber si Juan escribió "unigénito Hijo", o "unigénito Dios" en Juan 1:18.

Y así podemos seguir. No pueden ser ambas inspiradas por Dios. Fue 1. Y esa queremos saber, esa queremos traducir, y predicar, etc.


Es de notar, que las variantes textuales que pueden ser viables, y que impactan realmente el texto, son menos de 1% de todo el Nuevo Testamento. Son importantes, pero no para que nos volvamos locos.

Debemos hacer el trabajo de comparar las lecturas, aplicar criterios, etc.

Los eruditos creen que el texto del Nuevo Testamento está reconstruido tal como el original en un 99%. Tienen certeza casi absoluta. No absoluta, en algunas partes no sabemos cuál es la lectura original.

Pero eso no es malo. De hecho, hay palabras en el Antiguo Testamento que no sabemos que significan a ciencia cierta. ¿Qué significa Selah? Hay varias posibilidades.

¿Qué significa Azazel (Levítico 16)? O, ¿Qué era Azazel? ¿Un demonio, el mismo macho cabrío, un monte?

Hay palabras de significado incierto. De hecho, hay frases en el Antiguo Testamento que son de significado incierto. Y para qué hablar de interpretación de algunos pasajes difíciles.

Entonces, si somos humildes, sabremos que no siempre tenemos el 100% de seguridad.

Así pasa con el texto del Nuevo Testamento. Hay variantes textuales difíciles de resolver. Y tenemos que lidiar con ello.

Eso no nos debe "mover" la fe. Ninguna doctrina cardinal de la fe cristiana está ni siquiera en peligro por variantes textuales.

Dios sí ha preservado Su Palabra, no de la manera en que los "sólo Textus Receptus" abogan, o los sólo King James dicen.

Y otra cosa, el error humano no anula los propósitos de Dios. Piensa en esto: un cristiano del segundo siglo que tuvo una copia imperfecta, pudo predicar el Evangelio, ser edificado, (toda la iglesia incluso), etc. Un cristiano del segundo/tercer siglo del norte de África con una copia en latín, imperfecta en la traducción, de las Escrituras también pudo haber experimentado crecimiento espiritual, ver conversiones, derramamientos del Espíritu de Dios, y largos beneficios de Dios a Su iglesia, a Su pueblo.

De hecho, el Textus Receptus no es el mejor texto griego, y con ello se pudo incendiar una Reforma y derramamientos poderosos del Espíritu Santo. Los santos pudieron proclamar la Palabra, al igual que puede suceder hoy en día con una traducción del Nuevo Testamento que venga del Nestle-Aland 28th, o la edición del Tyndale House Greek New Testament.

Dios no se ha limitado a una edición en específico para continuar Su obra. ¿Por qué nosotros sí?


De manera que debemos prestar atención al consejo del Dr. Daniel B. Wallace (erudito en griego y en Crítica Textual del Nuevo Testamento), de que nos debemos caer en dos extremos:

1) No debemos caer en escepticismo como Bart Ehrman. Simplemente no se corresponde su premisa. Tiene un estándar ridículamente elevado.

2) No debemos caer en la "certeza y seguridad absoluta, aún en los mínimos detalles" como lo harían los sólo Textus Receptus.[5]


Dios nos ha dado materiales (manuscritos, computadoras, etc), y facultades mentales: usemos ambas. 


Dios te bendiga, querido lector.


Atte.,

Felipe Díaz-Valdés Bustamante.



*Editado el 23 de julio de 2021

Anexo:

N°1 (hacer click en la imagen para obtener una mayor resolución).


En la imagen: Efesios 3:9 en la "Editio Regia" (1550), la 3era edición del texto griego del Nuevo Testamento de Estéfano. Esta es una de las ediciones más famosas de lo que llegó a ser el "Textus Receptus". En la imagen vemos claramente como Estéfano lista manuscritos que tienen diferentes variantes textuales. Es decir, tiene un pequeño "aparato crítico" donde se listan lecturas y manuscritos.
Imagen sacada de: https://bibles-online.net/flippingbook/1550/380/ (Consultado el 23 de julio de 2021).


___________________

[1] Why did God allow there to be textual variants in biblical manuscripts? (Video)

[2] Ver el paper de Klaus Wachtel, "The Byzantine Text of the Gospels: Recension or Process?" (en inglés). Se puede descargar gratis desde esta página: Wachtel on the Byzantine Text of the Gospels (Blog)

[3] Revelation, manuscripts, and Erasmus (Video). | Ver también esta presentación: Erasmus and the Greek Text of Revelation (Jan Krans) (Video)

[4] The Newly Published Nestle Aland 28th Edition Greek New Testament and Textual Criticism (Video)

[5] Is What We Have Now What They Wrote Then? — Dr. Daniel Wallace (Video)




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