miércoles, 6 de agosto de 2025

Meditaciones sobre Judas 1:7

 

La destrucción de Sodoma y Gomorra, John Martin, 1832.


Judas 1 (LBLA)

5 Ahora quiero recordaros, aunque ya definitivamente lo sepáis todo, que el Señor (var., Jesús), habiendo salvado al pueblo de la tierra de Egipto, destruyó después a los que no creyeron.

6 Y a los ángeles que no conservaron su señorío original, sino que abandonaron su morada legítima, los ha guardado en prisiones eternas, bajo tinieblas para el juicio del gran día.

7 Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, a semejanza de aquéllos (i.e., a los ángeles), puesto que ellas se corrompieron (O, “se entregaron a gran inmoralidad”) y siguieron carne extraña (gr., σαρκὸς ἑτέρας), son exhibidas como ejemplo al sufrir el castigo del fuego eterno.

 

Resumen:

V5. Jesús el Señor destruye a los incrédulos (a los que no creyeron) después de salvar/liberar al pueblo de la tierra de Egipto.

V6. El Señor ha guardado en cadenas, para el juicio de gran día, a los ángeles rebeldes/desobedientes/apóstatas/que no se sujetan a la autoridad y traspasan los límites impuestos por Dios, que dejaron el lugar en el que debían estar (que no conservaron su señorío original, sino que abandonaron su morada legítima).

V7. Sodoma y Gomorra son exhibidos sufriendo el castigo del fuego eterno (en su destrucción). Cometieron un pecado semejante al de los ángeles rebeldes/apóstatas. Estas ciudades se entregaron a gran inmoralidad sexual (un pecado colectivo desenfrenado) y siguieron carne extraña (i.e, homosexualidad; ver Génesis 19:4-5).

 

Génesis 19 (LBLA)

4 Aún no se habían acostado, cuando los hombres (en la LXX, varones) de la ciudad, los hombres de Sodoma, rodearon la casa, tanto jóvenes como viejos, todo el pueblo sin excepción.

5 Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los hombres que vinieron a ti esta noche? Sácalos para que los conozcamos (i.e., tengamos relaciones sexuales).

 

¿En qué sentido las ciudades pecadoras hicieron un pecado semejante al de los ángeles rebeldes, esos ángeles que no conservaron su señorío original, sino que abandonaron su morada legítima?

Puede ser que se refiera a que estas ciudades traspasaron con creces los límites ordenados por Dios (es decir, la monogamia y la heterosexualidad dentro del contexto del matrimonio). Porque los habitantes de Sodoma y Gomorra se entregaron a gran inmoralidad. Esto quiere decir que estaban literalmente entregados a ese pecado (ver Romanos 1:24, 26, 28). Dios los entregó a sus corazones depravados, y todos, sin excepción (incluso no se hallaron ni diez justos, ver Génesis 18:32-33; 19:4, 11) estaban entregados a la inmoralidad sexual y a la homosexualidad. En un sentido la homosexualidad por sí misma conlleva una gran cantidad de pecados, debido a que:

1.     Se considera inmoralidad sexual.

2.     Viola el orden creado por Dios (matrimonio entre un hombre y una mujer).

3.     Generalmente conlleva promiscuidad y poligamia.


Ciertamente las tres descripciones descritas aplican a Sodoma y Gomorra.

El pasaje paralelo de Judas 1:5-7 es 2 Pedro 2:4-8


2 Pedro 2 (LBLA)

4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando (O, que) pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio;

5 si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador de justicia, con otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos;

6 si condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas, poniéndolas de ejemplo para los que habrían de vivir impíamente después;

7 si rescató al justo Lot, abrumado por la conducta sensual de hombres libertinos

8 (porque ese justo, por lo que veía y oía mientras vivía entre ellos, diariamente sentía su alma justa atormentada por sus hechos inicuos),

 

No debemos de ignorar la clara advertencia que los impíos deberían considerar (y también los creyentes) de que una vida de pecado es una ruta segura a la destrucción eterna en el infierno. El texto en Judas dice: “son exhibidas como ejemplo al sufrir el castigo del fuego eterno.” (Judas 1:7, énfasis añadido). Y el texto en 2 Pedro dice: “poniéndolas de ejemplos para los que habrían de vivir impíamente después;” (2 Pedro 2:6, énfasis añadido).

Es decir, una de las razones de por qué esas historias están escritas en el relato bíblico, es para que la persona inmoral lea lo que pasó a esas ciudades, y vea que no será muy diferente a lo que experimente al final de los días, cuando sea arrojado al lago de fuego eterno. Obviamente es una advertencia para que deje su vida impía, al ser convencida de pecado. Y es un recordatorio de que Dios no deja sin castigo el pecado (ver Génesis 18:20, 19:13, 15, 24, 25, 28, 29).

Sin embargo, con todo lo dicho, para la persona que practique y vive en ese pecado, si se arrepiente para con Dios y pone su fe exclusivamente en el Señor Jesucristo, abrazando el Evangelio de Jesús, abandonando ese pecado y todos los pecados, puede ser salvo de la ira de Dios; puede ser lavado, santificado, justificado en el nombre de nuestro Señor (ver 1 Corintios 6:9-11) y gozar de la íntima comunión con Dios.


Dios te bendiga.

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